Despedida

Este proyecto creativo dio frutos de múltiples maneras. La principal, a mi entender, fue que enmarcó, le dio cauce, capacidad de representación, al pensamiento sistémico. Esta teoría demostró ser necesaria y una meta a cumplir en el mediano-largo plazo. Mi habilidad con el dibujo no es sino habilidad con el pensamiento y es desde este punto de vista que adquieren sentido los esclarecedores dibujos que hice sobre diversas dolencias, físicas, mentales y del espíritu.

El momento de partir lo marcó la imagen del sida y el sentido común. Quedó clara la necesidad de convocar equipos de trabajo que analicen las imágenes y les den contenido académico, así como ganar interdisciplinariedad, formalización y consenso político. Ese es el trabajo qué hay que hay que llevar a cabo en adelante, para que cada dibujo adquiera su pleno sentido, que no es otro que salvar la Vida.

Muchas veces la forma en la que presento las cosas puede parecer petulante. No lo es en absoluto. Surge de la tarea de desdoblarme para captar sentidos que pasarían desapercibidos de otra manera. No voy sola en este proyecto. Fue Dios quien permitió que pudiera pensar sistémicamente en condiciones adversas e inhibidoras de la mera reflexión. Luego están mis amigos invisibles, a los que les debo la vida, que cuidan de la sanidad de mis cogniciones y me advierten hasta de los cambios más sutiles que acaecen en mi sistema psíquico. En último término, fueron muchos los que colaboraron para que este proyecto se hiciera realidad. A todos ellos mi agradecimiento eterno.

Y al piojo!

Caracas, 14 de octubre de 1018.

Lilian Dagher