Cruzada

Yelmo de Sutton Hoo, siglo VII, Inglaterra.

La Edad Media fue una época oscura, difícil, de grandes cambios y confrontaciones políticas, culturales, económicas y religiosas. Fue el tiempo de la expansión del cristianismo e islamismo. Podemos identificarnos con este momento en más de un sentido, como, por ejemplo, la conflictividad social y cultural, aunque esta vez por el proceso socialista; además de la revisión y replanteo de las grandes teologías como el cristianismo, el islamismo y el judaísmo. En ambas fechas la inestabilidad y la violencia están a la orden del día.

En lo que a nosotros respecta, nos conectamos al espíritu de los tiempos por la violencia, la que se desprende del verbo que emplea el presidente Maduro, y que acaba, en cada término que pronuncia, con la democracia venezolana, cuya letra se pone a prueba continuamente, desgastando y desvirtuando la comprensión de sus fundamentos. Es una lucha surrealista. Venezuela es una democracia, así lo dice la constitución. Venezuela es un régimen que se encamina al comunismo, así lo dice la práctica, cada vez que se aviva la flema comunista de nuestros gobernantes y gobernantas e inventan nuevas palabras para desviar la atención de los que sobrellevan, injustamente, la más cruenta y extrema de las pobrezas registradas en la historia de la humanidad.